Por el contrario, es muy fcil forman las carretas largas teoras.. escuchar los ms diversos acentos. Por Vadean arroyos cruzan las montaas ejemplo, el timbre ingenuo, recogido y cari- llevando la suerte de Cuba en las caas cioso del argentino Enrique Banchs: Van hacia el coloso de hierro cercano: van hacia el ingenio norteamericano, Triste est la casa nuestra, y omo quejndose cuando a l se avecinan, J triste, desde que te has ido.
cargadas, pesadas, repletas, Todava queda un poco con cuntas cubanas razones rechinan de tu calor en el nido. las viqas carretas! ueva sensibilidad, la cual iba a dar sus una forma que se apartaba de la regular- JDejores y sazonados frutos poco tiempo des- mente seguida es decir, la llamada neotipo- III.
Benjamn Cremieux que ha recordado re- forma? lstica la intuicin potic~ bsica, -p cientemente el propio Guillermo de Torre, a procedimiento ste--~cado en la poesa la "inquietud" siguiera la "reconstruccin. Pero ya desde algunos aos antes que ya anunciamos desde estas lneas.
Al- paso, del desarrollo lgico-ci--suii1:o;Iacon- tecedieron y en los que les siguen, se haba sonado en Amrica una nueva palabra:! l siglo y de la poca:fa- iuaad, -1a lS radica. En Mxico, por rp. quina, la f. Algunos de aquellos ardorosos propugnadores de lo lf tismo. Apenas dur; y su figura mayor, iei:ariado, al punto de haber sido posible hasta os afectaron de modo general las artes nuevo.
Vistos hoy con la perspectiva adecua- Manuel Maples Arce, quedar no por sustentar la tesis de que el vanguardismo, en isticas; otros fueron ms especficamente da, era mucho ms lo que tenan de comn.
Pero entre todos preparan y con- que sus particularidades singularizantes. o qu-;;:ba- pres~nd. ado Occidente: que los designamos: vanguardismo. En un p~s pequeo Sre~1;1cionar~l?
Un con la que tanto se relacionaban los nuevos ' mo Argentina conoci a uno de los i! hecho de que una sola denominacin abar-! sado, de la trailicin. Y lo que es ms. ses, atentando por doquier sacar al arte de mento, no-se quiere-implicar-en esa voz una antecedenteespaol,msseusenArgentina.
i m p o r t a n t e , ~ ~ ' casi religioso, centro, limpiarlo de las adherencias o mecnica adicin de todas ellas, pues tal Por las fechas apuntadas se puede ver que, a la imagen, la cual era. reqllisi}o- nsagrados.
Por estas razones Guillermo de sola palabra se expresa lo que di:. uy temprana fecha , con conceptos - El recuento exacto del vanguardismo his- , tercera dcada de es. te siglo. Y sus carac- Y- debemos hacer notar en este punto, por mo "internacionalismo," "descentraliza- panoamericano es impracticable, pues habra tersticas las mismas que, en suma, eran considerarlo oportuno, que a los efectos de la Sn," "anti-tradicionalismo," que revelan los que hacerlo en mares de publicaciones peri- poca~ ostensibles-en~ia1quier literatura de la potica contempornea la tradicional dis- detivos ms destacados de esos aos.
dicas hoy olvidadas. Fue la poca de las Helas agu aun~~e b:iconei~ente emime~a- tincin entre imagen y metfo~rt:s~lta ~up~- Tase Historia. nc9herencia verb~l,l f! lia y que usamos ambos trminos indistinta- :adrid, , pgs.
Aquellos vientos fiestos y de los poqusimos libros defini-. canzaron a Espaa y tuvieron all su mo- tivos. rrollo y la abundancia de imgenes "creadas" f ferencia leda en Buenos Aires en naci de aquellos aos.
da J~ci hasta l ~ s - f organizada y defendida, gracias al celo de su posterior se apoyase, como otros tantos poetas porque lo cierto es que un poema vanguardis- mos antiformales del verso abandono de la ta no tena que cumplir ciegamente todas puntuacIIJ.
llas r fundador y, despus, al entusiasmo de sus de esos mismos aos, enJ9. ms per~nente. Pero el propsito didctico y de la nueva tipografa. y defensores. Otro sera el de Csar Vallejo, de las asociaciones. salvada, entre los aicos del verso, dejando en En el fervor con que Hispanoamrica trat el lector una vaga sugestin de melanclica durante este perodo de ponerse a la altura de orfandad, de bsqueda ansiosa, de pro- los tiempos tuvieron mucha importancia las yeccin universal.
Algunas de ellas es el permanente valor del vanguardismo~ alcanzaron gran calidad y difusin conti- llamado por ello mismo a una sutif"perv IV. PLENITUD DE LA POESA NUEVA: nental: Proa y Martn Fierro, de Argentina; vencia en la poesa contempornea posterior.
A esta ltima precisamente -radical; negaciones formales, llevaba en s la ! Igualmente se alejaban. d; dando de este movimiento y por el inters de esencial y el aprovechamiento en su elabora: Guillermo de Torre sign el trnsito natural posll!
Aur esto poda traer sus peligros, panoamericana: ylos trajo; pues dada la irrefrenable tendencia aguas que el vanguardismo haba agitado ~ d , a lo que muchos poetas ae r bien, esas aguas rotas borrascosamente recobraron su nivel. Una aquel momento ciertamente lo haban redu- cahorzos en medio del desierto hispnica a la exuberancia, unavez descu- sensibilidad distinta a la del modernismo~ cido.
que buscan? La poesa no voces de muy acusada personalidad. Y del modernismo esteticista y cunas y tumbas, del vanguardismo, en comn, les diferenciaba poesa. y la soberbia vanguardista, en su mismo, rico y lleno del mayor inters. En tronos y tajos, radicalmente un talante que es fundamental ahelo de crear nuevas realidades, haca verdad podra decirse que aqu se concreta ya estrados, escaos y ruedos, en esta nueva sensibilidad: la de ~omh~~-;: cetros, bculos, metros y cayadas, olvidar este fundamental axiom.
con toda nitidez el es:iritu exactamente con- a 1iiorz, mg~forma de la realidad. Por el ruecas y espadas y bastos A pesar de~e-~a~icter transitorio al que temporneo, cuya a p a ; ~ o contrario, sta les atraa siempre. aunque y oros y copas, hemos aludido, algunos nombres asociados al d ~ algarada vanguardista.
A algunos, por lo que camas y mesas, tigio. Y los recordamos aqu, aun con la bsico y unificador en este perodo,. para esa realidad tiene como materia poetizable o tinas y artesas, salvedad de hacer constar que si ello -ha hacer despus una breve revisin de sus ms c~ajgm.
a y misterio para las indagaciones hasta que al fin se encauce en las riberas sucedido ha de atribuirse ms a que supieron individualizadas y sobresalientes tendencias. Otro's;-conlamiradaviiita por donde ayer no ms se iba a la mar el ro eterno. hacer poesa, honda y humana, que al mayor Por lo pronto, como ya se dijo, el modernis- Revista de Avance, III, Nm.
sus aaentros, era la ntima realidad o menor xito con que pusieron en prctica mo quedaba bien atrs. De l se separaban humana lo que con ms fuerza ansiaban Una buena muestra de muchas, ya que no los dogmas extremos del vanguardismo. Uno estos poetas, principalmente, por la repug- expresar.
Y, por fin, haba aquellos que de todas esas caractersticas, es el poema de ello es el del chileno Vicente Huidobro, de nancia 9. Mas para unos terior: conservaban-e insistimos en ello-e!
et ser negado. Pero como poetas, de buenos poetas, es otra vez grande, es, ele;~y;;:~ categ~ra de arte, ya qu~ lo que basada en las rpidas asociaciones e;{otI;. Este es el ms fino instrumento! otra parte, tiene un doble comercio de deudas siempre por imperativos de orden extra- habr de permitir expresar con sutileza y.
exactitud los ms hondos hallazgos en sus i guardismo y diferente de l; pero a la vez su nos llega de Europa pero la social se da en Pero ya la conocida soberbia vanguardista exploraciones a travs de la enigmtica ~ deudor dire5'!
Esa iba desapareciendo hasta quedar casi con- realidad. El escritor cubano Jorge Maach ha etiq;;-~ rtulo se consigne ese ntimo variedad mencionada recomendara aqu, siderada como un pecado de lesa juventud.
definido con certeza cunto debe en este, parentesco y que no se prescinda de la pala- como riesgo menor, la sencilla relacin nomi- El mismo poema Altaz;or de Vicente Huido- sentido al vanguardismo el arte general que bra que designa la fuente primaria fi:eedora. nal de autores. Sin embargo, y aun con la bro, en unas de sus implicaciones, haba nace de l, siquiera sea para sobrepasarlo y.
rectificarlo despus en sus excesos. Afirma del tipo de imgenes o metforas comn a querramos dejar constancia, por lo menos, de final de aquella aventura, conch. En cierto modo, de los versos ms significativos del men- esta caracterizacin definitiva: "Ms capaz , r ~ con toda justicia a - una JW!
cign esto qued adelantado ms arriba pero ste es cionado texto, "Angel expatriado de la de brincar grandes trechos de lgica sin perder '. J:o in- Leopoldo Marechal, que como todos los de su Habana, , pg. PabloNeruaa, poema en s.
Por ello no resulta extrao que aunque por lo general transcrita todava con pluma," esto es, con orden y severidad a la por ejemplo, comienza su poema "Alberto en las zonas del posvanguardismo ms 6:~! haya producido ese fenmeno estabilizador d ~ - y muerte poesa "metafsica" : J os~ Entre plumas que asustan, entre noches, justo tiempo, all por los mismos aos de entre magnolias, entre telegramas, que se ha llamado la vuelta a la estrofa.
Formas Gorostiza o Jorge~Luis ~. La a lo que en su obra y en la de los poetas entre el viento del Sur y el Oeste marino, de la lrica popular romances, canciones, villancicos, etc. vienes volando. hojarasca en aquella explosin juvenil que fue bajo los caiacoles congelados, sonetos, etc.
son otra vez el vehculo natural expresiva, el drama espiritual all observado el vanguardismo. La juventud es un tesoro bajo las ltimas aguas terrestres, de estos poetas. y no hay que msistir de- poesa' neorromntica y superrealista: Csar segn por nuestras l!
erras han consignado, vienes volando. masiad en la afinidad ,que a este respecto Vallejo, Pablo Nerudii. As cuya relacin o proximidad no pu~s. er una palabra, a los clsicos. Nicols Guilln; poesa social y poltica: J tambin aqu, pues los poetas posvanguardis- esi:abiedcfa- por la-Igica- sino -desde una.
Las primeras manifestaciones posvanguar- Guilln y Ne;~da otra -vez. o de la funcin de la poesa diverso del ltimas les ha impedido en muchos casos que historiamos. Era muy cisa orientacin poltica como Nicols Guilln 'aunque nunca sera imposible encontrarles y definitiva.
De una a crtico, o el simple observador, pueda librarse poema "puro" al lado de otro "social;" y aun muerte y emocionadas canciones a la rosa me-. Y Pals Matos no es slo el creador de ~bios o aesviac10nes: la poesia socialy la de valorar lo actual.
En la medida de lo '- obrade Csar -V-alkj~;donde la conciencii: poemas negros sino en mayor medida y hon- , {poltica, por ejemplo, como es lgico que posible quisiramos atenernos, de manera 1 dura el cantor del amor, el sueo y el misterio.
del nosotros aparece siempre co vijda de un ~ ~ e n una modalidad dirigida hacia objetiva, a la escueta resea de lo acaecido en modo intensamen~ersoafen ntima vibra- Obvio es decir, adems, que la carac- tfketas que por desgracia no han variado y los ltimos aos.
O por m~jo~~~plo en Pablo Neruda,. El conocedor de la poesa hispano aunque capaces de entender y aun de ad- en quien se dan sucesivamentlas dos ltimas :! mirar la poesa inmediata anterior, les corrientes mencionadas. Ambos son poetas in- ces y desglosamientos de las tendencias.
Pero lo que pareci sin embargo excesivamente intelectual. Y ambos de tal relatividad, el deseo de ofrecer una, un ambicioso instrumento de proyeccin nombres ms ilustres la acusacin extrema, reflejan a la vez la sociedad en crisis que les ayuda de orientacin, todo lo convencional.
De- naturales diferencias: limpio de definidas con- primera a estos temas. aos, pero ella fue tan radical y difanamente seaban los nuevos dar libre salida a sus signas 'ideolgicas el primero; con fuerte Queda por indicar que este perodo seala el momento en que de nuevo volver a t asumida por los poetas de mayor estatura intuiciones y sentimientos ante el grave matizacin.
poltica el segundo. voz con ms atormentado y natural temblor, un modo demasiado rgido este intento de ilustrada en las voces notables de Claudia ~: posvanguardismo e iniciadora a su vez, en la todo lo cual ha permitido calificar a esta sistematizacin que proponemos.
Claro est que si do a la obra particular de cada poeta es Larriva, Sara de Ibez y muchas otras. caracteres propios y definidos. esa bsica actitud romntica se haba dado ya. Ahora se "' nuestros aos actuales. La dificultad nace de aspiraba a una conmocin ms honda, espon- V.
J , dos circunstancias evidentes. La primera es el carcter mismo de esta poca, complejo y tnea y trascendente a la vez. Para ello seguan contando con las ganancias expre- ,, aun contradictorio; pues la denominacin de sivas del superrealismo-salvacin y epide- trascendentalista que alguna vez se ha pro- mia en tierras de Amrica-cuyo fondo puesto para aqulla podra aplicarse con romntico no necesitamos hacer resaltar.
No En la amplia zona del posvanguan:l. i~rnQ, en Bru! La segunda causa, de carcter aquel movimiento. hi- 1~9. J,Chos de los cuales guerra m~cii. lg,Jardia para superarlas pronto: ~trenamiento vanguardista pues otra cosa mente ante nuestra vista.
erici-; cronolgica, la de m. ovimiento, como ya se ha indicado. poltica y esta librrima corriente artstica! mueven todava en el mbito rigurosamente Mds que lebrel, ligero y dividido aquella lnea que ya se vio configurada en la Aunque no hay que echar sobre ellos toda la existencial del hombre: las dos caras, lumi- al esparcir su dulce acometida, poesa del decenio , habr tambin los miembros suyos, anillos y fragmentos, responsabilidad, pues el engao viene de muy lejos.
Viene, en efecto, desde la fase auroral! en los nuevos el designio de poner el ver~ ~~r.. de todos conocida y el ser humano puede escapar de la condena que no revela el cuerpo lo haremos nosotros, caben matices y grados ~turalmente insostenible y efmera.
Pero d su ensimismamiento para realizarse en la su oscura caja de cristales. diferentes y hasta antinmicos,al menosen-su cada hombre, cada generacin~ene que plecitud -dcl- ~et~.
Pero esa ~ma palab;; El mundo suave despereza postulacin. Sealaremos, ante todo, aquellos vivir su experiencia propia. Cuba socialista de hoy algunos de sus poetas smbolos-es en el pasaje reproducido de una y los hombres contados y furiosos,! un modo l. Otros estarn animados por un diendo no desconocer la realiclad, no se con- isla "no describiendo, no alabando, no medi- propsito msconcreto, aunque reclamando de poesa.
am- trascenderla en busca de s~imensiQp. haba hecho, ya que "su respuesta es hacer desean abarcar el mundo total del ser biente de la poca y en la tradicin his- ~etafsica. Este propsito podra relacionarse '.
con palabras un festejo nocturno y fabuloso. Los motiv~ del existencialismo el enigma cionados son todava poetas de la inteligencia, ,l creacin. ncia d~ la nada, el senti- bien que se ayudaran por su imaginacin, la t, ~ Central. de las Villas, , pg. Es defienden la libertad del artista, su decoro miento vital de la angustia, la libertac!
Los que vienen :'. la poesa contempornea al cual haha' poesa. de la inteligencia: desconfiados de ella y el! f radical de la literatura. Pero JTog;arlo le ha mos lneas arriba para los poetas existen- t. e ~izada en la experienc:i~ ~el~ vaticinado: "oh inteligencia, soledad en ,; bilidad; ,-.
t~dava en un l~nguaje simblico, pero entre- creacin de-un universo verbal absoluto en s : de ella necesita para su realizacin total. Y, por ltimo, los que comnmente solemos gable. En los casos extremos sus explora- conocidas las normas de compromiso y res- didamente a.
litzcoscoIIlp~asi siem- textos ms significativos de Octavio Paz: ~io~~; -por reinos tan autnomos y ~lejad; ponsabilidad que ahora discutan los euro- pre de modo oficial o por simpatas y afini- ~oluntariamente de la lgica implican como peos, Sartre a la cabeza.
del lenguaje al que se considera incapa~ de puesto en prctica esas normas mucho antes propaganda. La literatura hispano- poesa amorosa o la religiosa-y sus posi- , se reconcilian las dos mitades enemigas y la conciencia-espejo se lica, consecuel!.
En cuanto a la poesa poltica, sus Hombre, drbol de imdgenes, al punto de convertirse en algo hostil e in- literatura en gran manera preocupada y riesgos son evidentes: en muy contados casos palabras que son flores que son frutos que son actos.
He aqu como el cubano Jos responsable. Lo realmente extrao en estas la pasin de sus cultivadores ha podido Aqu el poeta se ha planteado, para darle Lezama Lima reacciona frente al paisaje de! tierras, a pesar del modernismo exotista y armonizar la firmeza de su mensaje con la una emocionada respuesta alentadora o su isla en uno de sus poemas definitivos,!
del circunstanciado brote de poesa pura, son fundamental autenticidad lrica. En general engaosa, una serie de cuestiones que se "Noche insular, jardines invisibles": { el esteticismo y la evasin. Cuba, y Octavio Paz Mxico, erenciadas, y hemos de advertir que no se trascendencia," en una manifiesta voluntad A veces el poeta social es consciente de los podra argumentarse a favor de su inclusi includo poetas menores de treinta aos, de sacarla "del enrarecido mundo a donde peligros que ha de sortear, el panfletismo de dentro del posvanguardismo anterior, aunqu tre los cuales hay no pocos dignos de tuvo que ser llevada para preservar algunos manera especial.
De muy explcito modo lo segn nuestro criterio el sentido ltimo de s ;tendn. objetos de la cada histrica. Iguales dudas pueden caber respect iinsistencia y de variados matices.
Citaremos lejos. Lo cierto es que cada una de estas que pasa a lgrima viva y con malas pala- al interesante grupo venezolano reunido en 1 ora algunas entre las que han obtenido posturas es legtima, y en su recto alcance son bras," de su libro Od, mortales, ttulos que ya revista Viernes, dirigido por Miguel Ang " yor resonancia.
O sobre el nicaragense Pabl dastellanos ; de Cuba: Fina Garca o desorientaciones de un fervor humano que apocal~ qu~ parece consustanc~h Antonio Cuadra o el chileno Nicano ' arruz ; Carilda Oliver Labra desde su apasionada justicia desatendiera las.
Se trata de una promoci f Rafaela Chacn N ardi ; de V :ne- exigencias mnimas de la poesa como arte de dirn de la justicia y los escollos, en con- crucial cuyos miembros se mueven en su.
sella Russell Las listas anterio- cia-a las que podran ser sus naturales y por ello creemos que es ste su lugar , :es, sucintas hasta el mximo, lindan por el exageraciones o deformaciones respectivas. estaba escribiendo otro poema, Completemos provisionalmente la nmina it costado de las omisiones con la injusticia; Por la primera de ellas es posible caer de no este panfleto, otro donde segn mi oficio de poeta con la mencin de los siguientes, que acude J~ero no po~a.
ser de otro modo ;n una nuevo en el ensimismamiento y en la aventura cantaba al ruiseor del arcoiris desde los m~ distantes rincones de la ~in panorarmca como la que aqm hemos metafsica, lo cual tampoco estara mal si ello y a la estrella fugaz de la belleza, enorme geografa americana: los mexican pretendido hacer.
no conllevase una incitacin segura al her-. sin embargo pensaba en otras cosas, Efran Huerta , Neftal Beltrn ltL: Si se quisiera comprobar cun variad~s son metismo absoluto o a la gratuidad verbal. Por ejemplo, Octavio Paz, en una porarse a la ya numerosa legin de amantes de tantos pibes divinos, Carlos Martnez Rivas y Ernesto ;entrevista concedida en Pars al his- oficiales del misterio, para lo cual no necesi- de los mercados, los boliches, los drboles, Cardenal ; el costarricense Alfredo ipanista francs Claude Couffon, declaraba: tara de otra credencial que armarse de toda la temblorosa esquina para citar al amor.
Cardona Pea ; los cubanos Elise. u quedara de nada. Diego , Cintio Vitier , Faya! generacin es su anti~onformismo. Hace slo durante los ltimos aos.
Y entindase que Jams y Roberto Fernndez Retamar t~ unos pocos aos, la literatura estaba envene- esta observacin no supone el rechazo de la Lloraba que daba pena mientras los versos salan rindose ; el venezolano Jos Ramn Medina 'i nada por dos tendencias: el nacionalismo y la autntica poesa metafsica, tan permanente sumisin a tal o cual partido.
Los jvenes, y vlida a travs de los siglos, sino de ese porque la gente necesita que le inspiren confianza, necesita estar contenta, que le ayuden un poco l ; el colombiano Eduardo Cote Lam ; el peruano Sebastin Salazar Bondy 1~} despus de largas polmicas, han acabado abundante ejercicio de versificacin seudo- 1 por lo menos con un verso divertido con una y otra.
Reclama el derecho de tierras y que por ese oscuro aire con que se J bueno, viqo, yo lloraba como una magdalena, Spencer ; los puertorriqueos Flix f decir no y el derecho de ser heterodoxa, a rodea y se expresa aspira a venderse como fabricando estrofas segn reglas de oro.
Franco Oppenheimer y Francisco {::' riesgo de quedarse en minora, si es necesario. buena poesa. Por la otra vertiente est el J Estos prrafos han querido ser una expo- Matos Paoli ; el ecuatoriano Jorg f' Estas son mis creencias literarias.
Estimo que temor de que, a consecuencia de un hiper- sicin muy sumaria de las tendencias princi- Enrique Adoum ; el chileno Efran {:. son tambin las de las jvenes generaciones desarrollo en el sentimiento de responsabili- pales que se divisan en el panorama de la Barquero Y de Argentina: Danie r mejicanas" Claude Couffon, Hispanoamrica dad cvica del creador, se llegue a la ruptura lrica hispanoamericana de los ltimos aos.
Devoto , Alberto Girri , Jorge ti en su nueva literatura, Santander, , pgs. del equilibrio que debe reinar entre poesa y El obstculo insuperable de la excesiva Vacos Lezcano , H. Murena 1, Y por aquellas mismas fechas conciencia, al punto de que el escritor-el proximidad nos ha aconsejado la no inclusin y los reunidos en la coleccin Diez poetas f Roberto Fernndez Retamar y FayadJams, poeta en este caso--se convierta en un loro.
en cada una de ellas de nombres determina- jvenes , realizada por Horacio! cuba, sealaban en su Prlogo como la nica tienen que ver con el arte y en muchos casos en algunos casos paradigmticos.
Pero ya , integrantes ellos mismos del grupo : nota comn de los all agrupados "un mani- hasta niegan el esencial clima de libertad J muchos de. esos nombres han alcanzado difusin y reconocimiento continentales. En all representado. Como se podr verificar por las fechas, en la anterior relacin se unen por : fiesto deseo de humanizar la poesa alejn- dola todo cuanto sea posible de las aventuras donde nicamente aqul puede producirse.
estos son los dos peligros mayores. Confiemos, la fe y el aliento, es ms necesaria a los sin embargo, en que no habr accidentes des- pueblos que la industria misma, pues sta les graciados ni naufragios totales ya que si es proporciona el modo de subsistir, mientras verdad que la poesa ha parecido extraviarse aqulla les da el deseo y la fuerza de la vida.
Es de grama para la poesa. Dar fuerza a la vida: esperar que de nuevo suceder lo mismo. no evadirla, ni siquiera bajo forma de una Los aos presentes y los que se avecinan pretensa trascendencia, pero tampoco envile- marcan una dursima jornada para Hispano- cerla, gritando el odio y la destruccin.
Y amrica, como consecuencia crtica de su ste no es un programa para ser cumplido por urgente necesidad de redencin. Hay que el jilguero en su jaula o en su torre, ni por el evitar la falacia de pensar que esta empresa paciente artesano de enigmticos smbolos, ni ser obra taumatrgica de la literatura.
Pero por el mueco insensato manejado por un. no ha de ocultarse que el poeta podr ayudar ventrlocuo o titiritero demaggico. Es una obra para el poeta autntico, que con su mucho en esta difcil hora histrica, cargada de interrogantes y escepticismos, ponindose palabra de belleza y amor logre dar forma a l dignamente al lado del hombre.
Vale la pena ese profundo aliento del espritu que el vivir recordar aqu la palabra siempre actual de de los hombres requiere. Hay gentes de tan corta vista mental Y ese camino no es otro que el del com- que creen que toda la fruta acaba en la promiso noble, leal y desinteresado, o sea, cscara. La poesa, que congrega o disgrega, potico, con el destino precario pero necesaria- J que fortifica o angustia, que apuntala o de- mente esperanzado de la humanidad.
rriba las almas, que da o quita a los hombres. Abrir el menú de navegación. Cerrar sugerencias Buscar Buscar. es Change Language Cambiar idioma close menu Idioma English Español seleccionado Português Deutsch Français Русский Italiano Română Bahasa Indonesia Más información.
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A la memoria de Federico de Ons La seleccin de los poetas y los poemas Dentro de las cuatro etapas generales en que hemos dividido la trayectoria de la poesa hispanoamericana desde fines del siglo pasado modernismo, pos- modernismo, vanguardismo y posvanguardismo , se han escogido aquellos poetas cuya obra les da ya un valor fijo y definitivo en el perodo a que pertene- cen.
All se concede al pos- 1 He lanzado mi grito, Cisnes, ante vosotros secuencias legtimas, como siempre suced ''os, un signo de esa mera belleza, vaca modernismo toda la atencin que esta etapa j que habis sido los fieles en la desilusin O sobre el nicaragense Pabl dastellanos ; de Cuba: Fina Garca o desorientaciones de un fervor humano que apocal~ qu~ parece consustanc~h Antonio Cuadra o el chileno Nicano ' arruz ; Carilda Oliver Labra desde su apasionada justicia desatendiera las ~ poe;;fi: Los versos que reproducimos nos Parra no conllevase una incitacin segura al her- sin embargo pensaba en otras cosas, Efran Huerta , Neftal Beltrn ltL: Si se quisiera comprobar cun variad~s son metismo absoluto o a la gratuidad verbal.
Y por aquellas mismas fechas conciencia, al punto de que el escritor-el proximidad nos ha aconsejado la no inclusin y los reunidos en la coleccin Diez poetas f Roberto Fernndez Retamar y FayadJams, poeta en este caso--se convierta en un loro en cada una de ellas de nombres determina- jvenes , realizada por Horacio!
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Todo sucede en una Andalucía salpicada con canciones murcianas, seguidillas, tonadas castellanas… al amor del sol ardiente, las guitarras por la tarde, majos, manolas, y suaves brisas nocturnas… El genio de Falla infunde una extraña profundidad a esas escenas: las brisas nocturnas portan vagas amenazas, los caciques aparecen sombreados por la Inquisición, y el rocío mañanero es emisario de un mañana bienaventurado… La Suite nº2 que escuchamos hoy cuenta el desenlace de la historia.
Ha presentado la tertulia animada del tío Lucas, donde todos, incluidos escribanos, coroneles y hasta el Prior de los franciscanos, van a allí a admirar la belleza de la señá Frasquita. Y todos aquellos tertulianos eran castos galanteadores ¡excepto uno!
Pero se ríen de él, y él jura venganza : planea detener al molinero Lucas con cualquier excusa esa noche, para que Frasquita se quede sola, y entonces ¡zas! al ataque… Ahí es donde empieza la Suite nº2 : 1. Danza de los vecinos Seguidilla. Finales de junio: la tertulia del molino se junta en la Noche de San Juan, con el señor obispo, canónigos, manolas, alguaciles, escribanos… En la novela no se baila nada, pero claro, Massine y sus bailarines habían ido allí para algo, así que Falla compone esta seguidilla sobre un canto gitano de Sacromonte, pero la funde con un vientecillo, con una amable brisa de la lejanía.
Mientras tanto, Zúñiga planea su venganza. Danza del molinero Farruca. Ahora la molinera invita a su esposo a bailar la farruca. Falla la compuso en 24 horas porque se lo pidió Diaghilev, para que se luciese Massine.
Como todas las danzas de Falla, invoca afectos y prototipos mucho más primitivos que el tío Lucas y que Frasquita y que todas las tertulias: aquí hay un dolor antiguo, y un aceleramiento salvaje. Después de esta danza llegan los alguaciles de Zúñiga y se llevan a Lucas detenido, como testigo de un caso ficticio, para dejar sola a Frasquita.
El viejo Corregidor ve la vía libre y se presenta allí, pero se cae por una acequia y pide auxilio, Frasquita sale y le apunta con un trabuco de su marido… y todo se resume en la última danza: 3.
Danza final Jota. Suena la arrolladora jota navarra. Él se desmaya. Ella sale a rescatar a su marido. Éste ha pensado que su esposa lo traiciona. Nudo dramático. Los alguaciles lo persiguen. Al final todo se aclara. El Corregidor recibe su merecida condena social. Pero, como es típico de Falla, en esta música late la furia, el dolor de la pareja, junto con la caricatura del viejo tiranuelo.
Al final, una gran jota en que danzan todos los tipos y todas las contradicciones. Luis Angel de Benito. Patricia Villar Jorge García. Isabel Alarcia Valle González.
Diana Gómez Ana San Juan. Laura Usano Wilmer Torres. Inés Sanz Javier López Paula Gómez Pablo Bermell. Javier González David Brea. Victor Cardeñosa Unai Casamayor Marcos Pinos.
Ana Gasco Esther Tortosa Diego Gómez. Patricia Sánchez Pablo Castellanos Jordi Hidalgo Sergio Gámez Javier López Marcos Gómez-Escolar Valentina Córdoba Pablo Griggio. Estefanía Mayo Ninogan le Pabic Adrian Alises Roberto Mosquera Diego Giménez Aram Asatryan.
Victoria Sánchez Cristina Jiménez Miriam González Laura Camón Claudia Pérez. Eva María Sierra Leticia Hernández Sergio Méndez Alberto Campanero. Paloma Romero Fernando Calero Irene Galán.
com La imagen de tu empresa en buenas manos. Orquesta Sinfónica Ciudad de Getafe Carlos Díez, director Belén Elvira, mezzosoprano Elena Ortega, guitarra Sábado, 12 de junio Diez Melodías Vascas V De Ronda VI Amorosa II.
Brisas de Cádiz. Elena Ortega, guitarra. Rapsodia para orquesta. La vida breve. Danza Española. Siete canciones populares españolas I. Paño Moruno II. Seguidilla Murciana III.
Asturiana IV. Jota V. Nana VI. Canción VII. El sombrero de tres picos. Suite Nº2 I.
triunfante por donde entró, por la puerta grande. Seguidilla. El cante arrugado y ronco de El Su replique de palillos, su andares por el Seguidilla Murciana. III. Asturiana. IV. Jota. V El corazón de Rosa quiere desfilar triunfante por las calles de Madrid, y lo consigue durante algunos versos Reducirlo a las pro¬ porciones del jefe de una insurrección triunfante arrolladora ava¬ lancha de tierra y mampostería. Amalrici y Emile Témine La